Bridgestone México, a través de su programa de gestión de crisis, contribuye al alcance del ODS 16, meta 16.6: Crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas.



La gestión de crisis es un aspecto clave para dar continuidad al negocio y por eso desde Bridgestone Japón se dividen los posibles riesgos en dos categorías: riesgos de la estrategia de negocios y riesgos operacionales. Para cualquiera que sea el caso, Bridgestone ha preparado un plan de respuesta ante situaciones críticas que afecten las operaciones. Este plan fue diseñado por el corporativo de Bridgestone Americas con el objetivo de responder a situaciones que:

    Requieran acciones por parte de los líderes nacionales del país afectado para resolver problemas que puedan tener un impacto en la salud humana, en la seguridad, en el ambiente o en los bienes y reputación de las operaciones.

    Requieran acciones por parte de organizaciones del país afectado con el soporte y liderazgo de la central de Bridgestone Americas Tire Operations Latin America (BATO-LA) u otros negocios de la compañía que operen en el país, según sea necesario.

Este plan de respuesta es gestionado y evaluado por un Comité de Crisis cuyo objetivo es brindar las herramientas necesarias a quienes toman decisiones, a fin de que puedan responder de manera rápida, efectiva y estructurada.

Este comité es un elemento vital para asegurar la continuidad del negocio durante un momento crítico. Su particularidad radica en que hay asuntos que deben ser abordados por la organización corporativa y otros en que la región asume la autoridad y responsabilidad para actuar y comunicar.

Adicionalmente, se cuenta con la certificación, tanto de Planta Cuernavaca como de Bandag México, en C-TPAT (Custom-Trade Partnership Against Terrorism), por parte de la aduana estadounidense, así como la certificación de Bridgestone de Mexico en O.E.A (Operador Económico Autorizado), por parte del SAT.

Acciones por los sismos

Durante 2017, debido a los sismos presentados en varios estados de México, se activó este programa, permitiendo la continuidad de la operación. La planta de Cuernavaca no presentó daños estructurales; sin embargo, por agentes externos se derrumbó una barda cercana y Protección Civil restringió la energía como medida de precaución. Luego de ser habilitada la energía, la operación de la planta volvió a la normalidad.

Además, debido a los grandes estragos en la comunidad inmediata a Bridgestone México, los colaboradores recolectaron un total de 100 kg de víveres y 89,000 pesos que se donaron, al igual que 300 impermeables para los voluntarios, a través de la Cruz Roja. En el caso de Morelos, se levantó un censo para detectar a los colaboradores que sufrieron daños graves en sus viviendas y se instrumentaron monederos electrónicos para apoyarles.

A su vez, en colaboración con Fundación Hábitat para la Humanidad México, se hizo la donación de 161,000 USD para la reconstrucción de 16 casas en el municipio de Tlaquiltenango, uno de los más afectados en el Estado de Morelos.