En enero de 2015, se anunció la creación de la nueva unidad de negocios que reúne la gestión de las operaciones de México, Costa Rica, Centroamérica, el Caribe, Colombia y Ecuador. Esta nueva estructura se denominó Bridgestone Latinoamérica Norte (BS-LAN), y se dividió en dos áreas importantes: el front office, que consiste en atención directa al cliente, y el back office, que brinda soporte a la nueva organización para alcanzar los objetivos en cada uno de los departamentos.

México:


Bridgestone México, a través de su modelo de gobierno corporativo, identifica y mitiga los riesgos del negocio, asegura que se actúe con integridad dentro y fuera de la empresa, y trabaja continuamente por construir relaciones de confianza en pro de la sostenibilidad del negocio.

Bridgestone México sigue los lineamientos establecidos por la Ley General de Sociedades Mercantiles, que prevé la existencia de la Asamblea de Accionistas y la de un órgano de administración denominado Consejo de Administración. Ambos ejercen sus funciones de acuerdo con los términos de la Ley.

El Presidente y Director General es el principal responsable de la gestión y de la estrategia del negocio, y el Country Manager tiene a su cargo la ejecución del mismo. Ambos, junto con un equipo formado por siete directivos, son responsables de la toma de decisiones sobre cuestiones económicas, ambientales y sociales.

Costa Rica:


Bridgestone Costa Rica, a través de su modelo de gobierno corporativo, identifica y mitiga los riesgos del negocio, asegura que se actúe con integridad dentro y fuera de la empresa, y trabaja continuamente por construir relaciones de confianza en pro de la sostenibilidad del negocio.

El Presidente y Director General es el principal responsable de la gestión y de la estrategia del negocio, y el Country Manager tiene a su cargo la ejecución del mismo. Ambos, junto con un equipo formado por siete directivos, son responsables de la toma de decisiones sobre cuestiones económicas, ambientales y sociales.

Colombia:


Bridgestone Colombia, a través de su modelo de gobierno corporativo, identifica y mitiga los riesgos del negocio, asegura que se actúe con integridad dentro y fuera de la empresa, y trabaja continuamente por construir relaciones de confianza en pro de la sostenibilidad del negocio.